Los secretos son aquellos actos que alguien puede realizar y ocultar de la opinión pública; las confesiones, son aquellas hechos que son declarados ante alguien, aunque, a nivel religioso, se trata de un ritual en el que se habla con un sacerdote, hablándole de los pecados que se han cometido a lo largo de la vida o el lapso de tiempo transcurrido después de la última confesión; se cree que con su ejecución los errores que se han cometido serán eliminados.
Entonces, el secreto de confesión, se trata de los sucesos que son relatados a una figura religiosa, quien no podrá comentarlo. Este tipo de rito, mencionado anteriormente, es realizado en la iglesia, en un espacio dedicado a ello, encontrándose allí una especie de caseta, que tiene un pequeño banco a un lado, fuera de ella; el sacerdote entra y se sienta, pronuncia algunas palabras para dar inicio, para posteriormente comenzar con la ceremonia. Dicen que no se habla con ellos, es con Jesús, quien los toma a ellos como instrumento.
La eucaristía es el momento en que entregan un pequeño círculo de pan sin levadura y es el momento central de la misa; para poder recibirlo, el paso más importante es no tener pecados, para ello es consumada la confesión. Una de las características más resaltante de ésta actividad, es que el receptor no puede, jamás, compartir con otro individuo el secreto que se le ha confiado. Para los sacerdotes, esto forma parte de las enseñanzas que adquieren durante el período de tiempo en el que están dentro del Seminario, establecimiento en donde reciben toda la educación religiosa necesaria para llevar una vida como representantes de Dios. Si el secreto es revelado, esto sería una falta muy importante y grave cometida por los religiosos.