La seguridad alimentaria refiere a las diversas estrategias y recursos usados para garantizar la seguridad alimentaria del consumidor. Cabe destacar que con el pasar del tiempo la definición de salud alimentaria ha sufrido importantes cambios. La autosuficiencia, el acceso a la alimentación y la nutrición han sido términos que se han asociado a lo largo de los años. En la actualidad, el concepto se basa en cuatro fundamentos: disponibilidad, estabilidad, acceso y uso.
Para los hogares, la seguridad alimentaria implica contar con una existencia temprana de alimentos inocuos y apropiados desde el punto de vista nutritivo y tener la capacidad garantizada para obtener referencias de alimentos de manera permanente y de manera generalmente admisible, sin tener que depender del suministro de alimentos de emergencia en botaderos de basura, robando o usando alguna otra metodología de resistencia.
La seguridad alimentaria está vinculada a la producción de alimentos y ya se sabe que cada día es más cara. Solo tienes que analizar lo siguiente. Este término se refiere a la disponibilidad de alimentos de origen: animales, hortícolas, frutas, granos básicos, hierbas, arbustos, entre otros.
Las medidas de higiene son muy importantes ya que no es suficiente consumir solo los alimentos, sino que también tienen en cuenta las medidas higiénicas de los alimentos que podemos mencionar:
- Lave la comida antes de consumirla
- Cortar la comida en un lugar totalmente limpio
- No corte frutas en el mismo lugar donde corta la carne
- Prepare la comida a una temperatura adecuada
- Coma alimentos bien cocinados.
La seguridad alimentaria consta de tres elementos esenciales: el primero es la disponibilidad de alimentos, el segundo acceso a ellos y el tercero la estabilidad o sostenibilidad, entendida como la garantía del primero y el segundo en el tiempo, que no es intermitente. La seguridad alimentaria, más que un problema de disponibilidad de alimentos, es un problema de acceso a los alimentos y esto está determinado por el nivel de ingresos, que a su vez está correlacionado con el empleo. Es importante señalar que el hambre y la malnutrición se concentran en los países en desarrollo; Así es como Asia participa con un 65%, África con un 28% y ALC con un 4,6%, mientras que las regiones más desarrolladas sólo participan con un 2% de la población desnutrida.