Sexting

El término «sexting» proviene de la unión de los términos en inglés «sex» y «texting» y se refiere al envío de contenido erótico o pornográfico a través de teléfonos móviles. Al principio solo eran mensajes SMS, pero con la evolución de los teléfonos móviles, pasaron a las fotografías y, más recientemente, a los videos.

El «sexting» implica el envío de imágenes estáticas (fotografías) o dinámicas (videos) de contenido sexual de mayor o menor carga erótica entre las personas que voluntariamente lo autorizan y que es parte de su actividad sexual que se desarrolla libremente. El «sexting» comienza a ser una moda peligrosa entre los jóvenes.
Comenzó en 2005, fundamentalmente entre los adolescentes de países anglosajones, pero actualmente su práctica es muy extensa y afecta a los cinco continentes, aunque en diferente medida.
Así, en los Estados Unidos, un estudio afirma que el 15% de los niños entre 12 y 18 años practican «sexting», mientras que otro informe realizado en España habla de un porcentaje menor, del 1,5%, aunque las edades también fueron menores: entre 10 y 16 años.
Es una práctica cada vez más común entre las personas que poseen un dispositivo móvil con cámara, independientemente de su edad, e incluso ha habido casos en los que personas famosas supuestamente envían fotografías de este tipo.
El fenómeno que comenzó con la aparición de mensajes de texto, se ha incrementado no solo entre los adolescentes, sino también entre los adultos, convirtiéndose en una práctica habitual y peligrosa, debido al riesgo de pérdida de control de esas imágenes. Afecta de manera directa a la privacidad, y que una vez en posesión de un tercero puede ser diseminado con la velocidad y multiplicidad que permiten las TIC, lo que conlleva una mayor intensidad en la lesión del derecho legal afectado.
Las razones por las cuales, sobre todo, los adolescentes envían una imagen o un video de este tipo son variados. Entre otros, se pueden destacar los motivos citados a continuación: La presión social, el deseo de encajar en un entorno cada vez más sexualizado y atraer la atención del grupo. La pornografía y el contenido erótico son tan comunes que la participación en ellos ya no es extraña ni peligrosa.