Vasos Comunicantes

En las ciencias de la física, específicamente en la hidráulica, los vasos comunicantes es un término utilizado para describir un sistema conformado por dos o más recipientes de distintas geometrías con la particularidad que se encuentran comunicados entre sí por la parte inferior.

Estos recipientes están destinados a contener en su interior alguna sustancia en estado líquido y que además sea homogénea. Sirve como herramienta para demostrar la teoría sobre el principio de Pascal propuesta en el siglo diecisiete.
El experimento que usa los vasos comunicantes como instrumente consiste en observar el nivel del líquido que se encuentra en los distintos recipientes, el cual siempre será contante sin importar variables como la geometría o el material de los recipientes, el grado de inclinación o la capacidad de este.
El líquido tendrá en todo momento el mismo nivel aun cuando se añada más de este dentro del recipiente ya que tenderá a distribuirse uniformemente entre los recipientes que estén comunicados. Alcanzando así un nivel de equilibrio igual al que tenía antes de la adición.
El principio propuesto por Pascal consiste en que la presión atmosférica, al igual que la gravedad, son constantes en cada recipiente, lo que tiene como principal efecto que la presión hidrostática siempre sea la misma a una profundidad especifica. La conclusión que Pascal obtuvo es que un mol de un líquido se trasmite de igual manera y bajo las mismas condiciones en todas direcciones.
Una aplicación anticuada es la de determinar y evitar desniveles en proyectos civiles de construcción para los cuales fuese necesaria una inclinación muy próxima a los noventa grados (ángulo recto). Actualmente el principio es usado en diferentes aplicaciones industriales con las prensas hidráulicas que es un mecanismo que funciona como vasos comunicantes y pistones (pistones de agua) con el que se pueden obtener grandes fuerzas a partir de la aplicación de otras más pequeñas.
También es usado para la instalación de surtidores como tanques en lugares muy altos para que sus tuberías, con la presión hidrostática y la gravedad distribuyan el agua a los distintos lugares de manera uniforme y con la misma presión.